Los eventos sectoriales que congregan expertos de primer nivel de todas las vertientes del inmobiliario resultan muy enriquecedores y, sobre todo, esclarecedores ya que permiten calibrar en qué situación se encuentra en el sector y qué le deparará el futuro dada la coyuntura socioeconómica. Asuntos interesantes como las posibles inversiones y buenas propuestas de quienes más saben que, aun así, hacen difícil de prever la evolución del mercado inmobiliario para el 2023. Previsiones que, seguramente, a finales de año tampoco recordaremos.
Más en detalle, dentro del ámbito Residencial, considero que hace falta abordar de manera urgente y firme la necesidad –y el derecho- de los jóvenes y de las familias a poder acceder a una vivienda. La escucha activa por parte de las administraciones a los expertos del sector – por ejemplo, las tribunas inmobiliarias- por la colaboración publicoprivada, sería ciertamente muy productiva. Poder contar, incluso, con su participación en estos debates y mesas redondas permitiría agilizar soluciones que son urgentes desde hace tiempo.
Por lo que se refiere al sector de las Comunidades de Propietarios, haría falta hablar más sobre la rehabilitación de edificios, las posibilidades de los fondos Next Generation y de la complejidad burocrática actual (documentación, límites y zonas geográficas) para acceder a las ayudas para la rehabilitación y mejora energética de los edificios. Estos frenos hacen que muchos se desanimen tanto al planteamiento como a la decisión de llevar a cabo el proyecto. Es básico simplificar los procedimientos para que el máximo de edificios (Comunidades) puedan acceder a estas ayudas. La agilidad y el dinamismo en la gestión y la tramitación son factores de éxito. Entendemos la necesidad de parte de esta tramitación, de las restricciones y variaciones que pueden darse, pero el margen de mejora en este sentido por parte de las administraciones es bastante amplio.
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